martes, 21 de enero de 2014

Un tesoro en el armario

La nieve no había parado de caer durante todo el día. Hacía frío, pero dentro de la casa el fuego de la chimenea calentaba el ambiente. El abuelo estaba sentado con su nieta en el sofá. Ésta escuchaba atenta las historias que le contaba todos los días, siempre las mismas, pero había una que consideraban especial y siempre dejaban para el final.
“En el dormitorio que ocupaba su hija, había un armario de estilo clásico, que había pasado de padres a hijos durante generaciones. A ella le gustaba por su gran capacidad para acoger su numeroso vestuario. Cuando ella se fue de casa dejó el armario vacío. En su interior había un pequeño cofre atornillado a una de las paredes.”
Cuando contaba esto a su nieta le mostraba una oxidada llave y le decía que abría un cofre del armario de su madre que contenía un valioso tesoro.
Pasados unos años el abuelo falleció, dejando un sobre a nombre de su nieta con una llave en el interior. Intrigada se dirigió a la habitación, abrió el armario, introdujo la llave en la cerradura del cofre y levantó la tapa: viejos periódicos y unos cuadernos de tapas descoloridas y hojas amarillentas con frases ocurrentes. Ese era el tesoro de su abuelo.

2 comentarios:

  1. Este relato lo escribió mi padre en diciembre de 2010. Me ha puesto la piel de gallina al recordarlo, pero por otra parte me parece muy entrañable y quería compartirlo. Me siento muy identificada con este relato y por supuesto a mi papi con el abuelo que menciona, porque él también dejó un tesoro similar, incluyendo todos estos relatos.

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  2. Yo tambien veo a papa muy identificado con éste relato. Estoy segura que así hubiera actuado él con su nieta si hubiera tenido oportunidad de vivir esa situación. La contaría un montón de historias que la dejarían con la boca abierta esperando más.

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