martes, 15 de octubre de 2013

Punto de vista

Todas las mañanas ojeaba lentamente el periódico mientras tomaba un café.
Siempre veía: guerras civiles en las revueltas callejeras de otros países, caos en las instituciones del estado por las actuaciones ilícitas y corruptas de los políticos, todo el mundo sin trabajo y sin dinero abocados a la indigencia, la totalidad de los matrimonios de famosos celebrados durante el año destrozados por las infidelidades, numerosos muertos en su ciudad, frío polar y temporal de nieve en la predicción del tiempo para esa semana, los malos resultados de su equipo preferido, que lo situaban en el último puesto de la tabla de clasificación, y una televisión con veinticuatro horas de anuncios publicitarios y programas de cotilleo.
Un día después de una operación quirúrgica, empezó a ver: fotos de ciudades extranjeras con gente pacífica y alegre paseando por sus bulliciosas calles, políticos honrados y preocupados por el bienestar de los ciudadanos, el transporte público atestado de gente que iba a trabajar, parejas felices con muchos años de convivencia, la página de obituarios vacía, cielos azules y sol radiante durante varios días por todo el país, el cambio de entrenador trajo algunas victorias que hicieron abandonar al equipo los puestos de descenso. Ahora podía ver también programas culturales y películas de buen cine.
Recientemente le habían trasplantado las córneas de una persona muy optimista.

2 comentarios:

  1. Este relato, de tono optimista, lo escribió mi padre en febrero de 2011. Qué voy a decir yo, pero a mí me parece sencillamente genial y recuerdo cómo me hizo sonreír el final cuando lo leí por primera vez.

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  2. Casi siempre ponía algo autobiográfico, le gustaba ser parte de sus relatos igual que a Alfred Hitchcock de sus películas. Era único.

    Mamá

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